¿Quién será más importante en esta Navidad para tí?
¿Jesús o el personaje que en los Estados Unidos llaman Santa Claus?
Santa vive en el Polo Norte.
Jesús está en todas partes.
Santa se pasea en trineo.
Jesús camina entre nosotros y camina sobre las aguas.
Santa viene una vez al año.
Jesús siempre está a tu lado para ayudarte.
Santa tiene que preguntarte: "¿cómo te llamas?"
Jesús sabe tu nombre desde antes que nacieras, conoce tu pasado y tu futuro.
Santa tiene una barriga llena de algodón
Jesús es delgado, pero tiene su corazón lleno de amor.
Santa se ríe "jo, jo,! jo" Jesús sabe que a veces las risas no son lo que necesitas, sino ayuda y esperanza.
Los ayudantes de Santa hacen juguetes
Jesús hace nuevas vidas, repara corazones y arregla hogares destrozados.
Santa te hace reír
Jesús te puede hacer volver a vivir.
Si te portas bien, Santa puede dejar un regalo en el árbol.
Jesús, sin importar como te comportes, hizo el regalo de su vida, la que ofrendó por ti.
Por eso te pido que en vez de un vacío saludo de
"Feliz Navidad"; me acompañes a decirle a todo el mundo:
"¡FELICIDADES, HOY JESÚS NACIÓ POR TI!"
Para poder hacer una reflexión acerca de los motivos que tiene el individuo para ser feliz, es necesario tener una idea general del significado de la palabra Felicidad. Es un término que procede del latín: “Felicitas” y que trae como resultado un estado de ánimo de satisfacción y regocijo en los seres humanos.
Por otra parte, durante todo su trayecto de vida, el individuo invierte la mayor parte de su tiempo buscando la fórmula mágica para ser feliz. Cada uno de nosotros., en nuestro inconsciente, guardamos el recuerdo del completo gozo, del cual disfrutamos cuando éramos bebés; por lo tanto, luchamos incansablemente para regresar a ese disfrute.
Observa un bebé de escasos siete u ocho meses, ¿por qué ríen? ¿De que depende su felicidad o gozo?
Ahora bien, ¿Qué hay de malo en buscar constantemente la felicidad? ¡Por supuesto que nada! El error no es aspirar al bienestar, la placidez, la dicha... el error consiste en creer que la felicidad depende de agentes externos.
Es muy triste observar como nos desgastamos y sufrimos por obtener aquel objeto o situación, que “supuestamente” nos traerá la verdadera felicidad, aunque posteriormente, ya pasada la euforia de lo obtenido, volvemos a sentir que nos falta algo para ser absolutamente felices y ponemos los ojos en otro objeto o situación para compensar ese vacío que, a pesar de todo, se sigue teniendo.
Resulta paradójico, que el ser humano malgaste el tiempo que tiene para disfrutar los pequeños detalles de la vida, en la tonta búsqueda de la felicidad. Sobre todo, si el ser “feliz” lo asocia con cosas materiales o en el peor de los casos, decide que su felicidad va a depender de otras personas: la pareja, los hijos, etc.
El estado de satisfacción, gozo o disfrute de las personas, se encuentra en las pequeñas cosas que van marcando nuestro vivir: la sana convivencia con la familia, la charla con los amigos, la práctica de algún deporte, leer un buen libro, escuchar o bailar la música que nos agrada, el logro de algún objetivo como resultado de un gran esfuerzo, un rato de soledad, el silencio, la salud mental y física y muchas cosas más, que no necesitan inversión económica, que se encuentran al alcance de casi todos los seres humanos.
La felicidad, entonces depende de cada uno de nosotros, en decidir ser feliz. Tú elige, disfruta cada momento de tu vida con sus altas y bajas o regodéate en la infelicidad y la desdicha, por no tener las cosas materiales o emocionales que están fuera de tu control. Busca motivas para ser feliz, ¡están al alcance de tu mano!
Luces/ 2006